Nuria Guerra, jefa de recepción de Seaside Los Jameos:

“El grupo Seaside Collection es una gran familia en la que remamos todos a la vez”

Se llama Nuria Guerra Déniz, tiene 48 años y lleva trabajando en el grupo Seaside Collection más de dos décadas. Actualmente es jefa de recepción del Seaside Los Jameos, hotel donde ha desarrollado su trayectoria profesional. 

Su puesto la convierte en la cara amable que recibe y despide a los huéspedes. Por tanto, su vínculo con ellos es muy estrecho. Tanto, que como ella misma recuerda, son muchos los clientes que se acuerdan de la fecha de su cumpleaños y que la felicitan, ya sea en persona porque estén hospedados en ese momento, o incluso por llamada telefónica, porque no se encuentren en el hotel por esas fechas.

Tantos años, tantas anécdotas, que en este tiempo no ha faltado el cliente que se olvide del día de su vuelta y haya perdido su avión. Y es que eso, solo se consigue en hoteles como Los Jameos, donde todo el equipo forma una gran familia, y así hacen sentir a todo el que pasa por ahí.

“Los clientes vienen, entre otras cosas, por el personal. Porque aquí les tratamos de forma diferente, especial. Hacemos todo lo que está en nuestra mano para su bien. No tenemos solo un cometido, sino que estamos predispuestos para todo lo que pida el cliente. Siempre se intenta, y si no se consigue, se busca una alternativa”, nos confiesa Nuria Guerra.

La vida en Los Jameos

El hotel. Las instalaciones. La comida. El mar. La isla. Todo tiene un sentido y un porqué para Nuria. Todo forma parte del embrujo de Los Jameos, que hace que el cliente venga una y otra vez. Sin secretos. Simplemente una filosofía de equipo muy arraigada. “Seaside es una gran familia. Nos conocemos todos, llevamos muchos años y remamos todos a la vez”, cuenta Nuria Guerra.

Pero si tuviera que destacar un rincón del hotel, lo tiene claro: serían los amplios jardines. Nativa de Lanzarote, Nuria nos habla de la vida en Los Jameos, del contraste incluso que supone con la isla: “Los jardines son preciosos, llenos de vegetación. No parece que estás en la isla”. Y apunta: “Yo que soy de Lanzarote estoy acostumbrada a ver el seco, el marrón. Pero cada vez que entro en el hotel, parece que estoy en un pequeño oasis. Es como si no formara parte de la isla”.